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18 de junio de 2010

CÉSAR VALLEJO: BIOGRAFÍA



César Abraham Vallejo Mendoza, poeta, narrador y periodista peruano, es considerado uno de los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX. Fue, en opinión del crítico Thomas Merton, "el más grande poeta universal después de Dante", halago que no hace más que confirmar el enorme legado del poeta del "dolor humano", quien revolucionó la forma y el fondo de sentir y escribir poéticamente.

Vallejo nació en Santiago de Chuco, departamento de La Libertad, Perú, un día todavía no definido hasta hoy: el 16 de Marzo u 19 de Mayo de 1892. Fue el último de doce hermanos. Sus padres fueron don Francisco de Paula Vallejo Benites y doña María de los Santos Mendoza y Gurrionero(1).

Aprendió las primeras letras en la Escuela Municipal del lugar y luego en el Centro Escolar 271, donde su maestro Abraham Arias percibió tempranamente su gran talento poético. Continuó la secundaria en el Colegio Nacional de Huamanchuco y viajó a la capital liberteña donde estudió Filosofía y Letras en la prestigiosa Universidad de Trujillo. En esa ciudad se asoció con la llamada “bohemia trujillana”, grupo de intelectuales conformado por Antenor Orrego, José Eulogio Garrido, Alcides Spelucín, Juan Espejo Asturrizaga, entre otros, al que, más tarde, se le conoció como el Grupo Norte.

A fines de 1917 viajó a Lima para seguir estudios de Letras en la Universidad Mayor de San Marcos. En dicha ciudad se vinculó con escritores e intelectuales como Abraham Valdelomar y su grupo Colónida, José Carlos Mariátegui, Luis Alberto Sánchez, Manuel González Prada, José María Eguren y Juan Parra del Riego. En la capital publicó sus dos primeros poemarios: Los heraldos negros (1918), que reúne poesías que si bien en el aspecto formal son todavía de filiación modernista, constituyen a la vez el comienzo de la búsqueda de una diferenciación expresiva. Al morir su madre regresó a Santiago de Chuco y en 1920 es perseguido y encarcelado por sus ideas políticas. Posteriormente publica Trilce (1922), obra que significa ya la creación de un lenguaje poético muy personal, coincidiendo con la irrupción del vanguardismo a nivel mundial.

En 1923 dio a la prensa su primera obra narrativa: Escalas melografiadas, colección de estampas y relatos, algunos ya vanguardistas. Ese mismo año viajó a Europa para nunca más volver al Perú, y se instaló en París, Francia, donde llevó una vida difícil llena de necesidades materiales.

con algunas breves estancias en Madrid y en otras ciudades europeas en las que estuvo de paso. Vivió del periodismo complementado con trabajos de traducción y docencia. En esta última etapa de su vida no publicó libros de poesía, aunque escribió una serie de poemas que serían publicados póstumamente. Publicó en cambio, libros en prosa: la novela proletaria o indigenista El tungsteno (Madrid, 1931) y el libro de Crónicas en Rusia en 1931.

Los poemas póstumos de Vallejo fueron agrupados en dos poemarios: Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz, publicados en 1939 gracias al empeño de su viuda, Georgette Philippart, con quien se casó en 1929. La poesía reunida en dichos libros es de corte social, con esporádicas tomas de posición ideológicas de corte humano. Para muchos críticos, los “poemas humanos” constituyen lo mejor de su producción poética, que lo que se ha hecho merecedor del calificativo de “poeta universal”.

A inicios de 1938 se encuentra trabajando en París como profesor de Lengua y Literatura, pero en marzo sufre de agotamiento físico. El día 24 de marzo es internado por una enfermedad desconocida (después se supo que fue la reactivación de un antiguo paludismo que sufrió de niño) y entra en crisis el 7 y el 8 de abril. Fallece el 15 de abril de 1938, un viernes santo con llovizna en París. Su discurso fúnebre estuvo a cargo del poeta francés Louis Aragon. El 19 de abril sus restos se trasladaron a la Mansión de la Cultura, y más tarde al cementerio de Montrouge (2).

El 3 de abril de 1970, Georgette Vallejo, cumple uno de los sueños más caros del poeta y traslada sus restos al cementerio de Montparnasse, escribiendo en su epitafio: “He nevado tanto, para que duermas”.

A continuación uno de sus más famosos poemas (3):


LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre...pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!


Referencias:
(1) http://www.scribd.com/doc/13528052/Cesar-Vallejo-Biografia-y-Obra-Literaria
(2) http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Vallejo
(3) http://www.adonde.com/historia/1938_vallejo.htm

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