El prisionero
Rafael Alberti
Carcelera, toma la llave,
que salga el preso a la calle.
Que vean sus ojos los campos
y tras los campos, los mares,
el sol, la luna y el aire.
y tras los campos, los mares,
el sol, la luna y el aire.
Que vean a su dulce amiga,
delgada y descolorida
sin voz, de tanto llamarle.
delgada y descolorida
sin voz, de tanto llamarle.
Que salga el preso a la calle.
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